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Testimonio Papás Paciente de 7 años

J. tiene siete años. Es una niña muy alegre, divertida, dulce y regalona.
A mediados de este año y en pleno peack de la pandemia, empecé a notar  nudos de pelo en el suelo.
Al principio me llamó la atención, pero no le di importancia, porque a veces a uno se hacen nudos en el pelo y tiende a desenredarlos con los dedos. Pero un día que ella venía llegando de unos días donde su abuela, la recibí y noté un pelón. Un cintillo de ausencia de pelo, al lado izquierdo. Eso encendió en mi todas las alarmas, pero no conseguía hablar con J., no conseguía llegar a ella y ayudarla. Fue una situación muy angustiante para ambas, porque ella, pequeñita, sentía culpa de no saber por qué lo hacía y por qué no podía dejar de hacerlo.
Fue así como buscando ayuda, llegué a www.tricotilomaniachile.cl y de inmediato supe que era el lugar correcto. Hasta entonces, ni siquiera sabía que lo que le pasaba a mi hijita tenía un nombre, pero encontrarlos me ayudó primero a entender que no estábamos solas y sobre todo, saber que esto tenía solución.
De inmediato se pusieron en contacto conmigo y me explicaron que el caso de J. tenía muy buen pronóstico, lo que me dejó mucho más tranquila y a mi hija también. Comenzamos el tratamiento y de inmediato sentimos el apoyo y contención de los profesionales y eso se tradujo en un alivio y descompresión en ella y nuestro entorno familiar, que hasta entonces era muy tenso.
Descubrimos qué era lo que aquejaba a nuestra niña (la pandemia, los muertos a diario y el miedo, fueron el cuadro de stress agudo que la llevó a sacarse el pelo y que ella, por su corta edad y profunda sensibilidad, no pudo procesar mejor) y comenzamos a tratar su tema como una compulsión.
Ese enfoque y el gran interés, cariño y buen trato hacia ella de parte del equipo fueron los que en gran parte sanaron a J. 
Hoy ella está increíblemente bien. Mejoró sorprendentemente y más rápido de lo que pensamos. Ya ni siquiera recuerda que hasta hace poco se sacaba el pelito. Y además, todos pudimos descansar de esta preocupación y angustia constante y estamos claros y tranquilos sobre qué hacer para ayudarla en caso de que lo necesite. 
No hay ningún misterio ni secretos mágicos. Solo se trata de seguir las instrucciones de los psicólogos al pie de la letra y todo tiene solución. 
Infinitamente agradecidos. J., B. y F.